Nada mas doblar la bocana del puerto vimos que la mar para ser tan temprano estaba realmente agitada, un mar de proa que nos hacia saltar con pantocazos fuertes, baje la velocidad al mínimo de planeo y trate de aguantar a ver si variaban las condiciones puesto que de no hacerlos deberíamos dar media vuelta y con gran dolor de nuestro corazón regresar a puerto. Todavía se puso la cosa peor al pasar por la zona de Calpe - Ifach, pero nada mas adentrarnos en alta mar la cosa mejoro tan sustancialmente que decidimos acometer la aventura y la verdad es que medida que nos acercamos a Ibiza el mar estaba cada vez mejor, hasta quedar prácticamente en calma.
Lo primero que nos llamo la atención es el intenso trafico de barcos de la zona, muchos ferris y barcos de pasajeros y veleros que debía haber pasado noche en nuestro rumbo, los saludábamos y seguíamos viaje, también habian algunos pesqueros faenando. Sin dejar de ver la costa de la península vimos el islote de Vedra dibujándose en gris en el horizonte, lo que nos lleno de alegría, aun asi tardamos mucho en llegar puesto que el islote se divisa a considerable distancia, pero la travesia es mucho mas tranquila al divisar nuestro destino.
Una vez a la vista impresiona el tamaño del monolito que se levanta a una impresionante altura, despues de bordearlo pasamos a la cala mas cercana que resulto ser cala Horts donde fondeamos, toda las playas de Ibiza que visitamos estaban correctamente balizadas , existiendo canales de acceso a la playa para embarcaciones de motor, lo que facilita el desembarco y el avituallamiento.